jueves, 17 de junio de 2010

Italia y Fortuny '10

El curso prácticamente se ha terminado, y se me ha pasado volando. Todavía recuerdo los nervios de los primeros días y las primeras impresiones al entrar en la que hasta ahora había sido mi clase.
Pero poco a poco, la timidez y la introversión se fueron quedando atrás, y empecé a darme cuenta de que era agradable estar con vosotros, de que no erais como en principio imaginé, pero seguía echando de menos mi antigua clase, a mis antiguos compañeros, y me costaría mucho acabar con esa idea.
El tiempo iba pasando y empezasteis poco a poco a desbancar a los Carmelitas.
He de reconocer que me pilló por sorpresa la forma de ser de Susi, la dulzura de Alvita y el humor de Juan, pero para cuando me di cuenta, las gentes de ciencias ya estaban dejandome comentarios en el tuenti.
Intenté resistirme a los cambios, pero Diego y Adrian combatían mis malas pulgas con bromas y risas en TICO, y esque teneis un jodido don para sacarme de mis casillas, pero fuisteis los primeros con los que congenié y no cambiaría por nada una sola parida (pero de las buenas eh).
Lucía fue invadiendo con sus trucos de magia y su humor NsC muchas de las clases, y esque es imposible resistirse a esos mofletitos y a esos ojitos centelleantes.
Las numerosas idas y venidas de casa al insituto del insituto a la biblioteca y de esta a casa, han marcado un antes y un después en la relación de los primos más viciosillos de 1º E y esque lo que no nos haya pasado en el metro, no le ha pasado a nadie, pero hay que decir que los momentos en los que estamos juntos, son siempre los más divertidos.
El invierno nos abandonó y con el Rosa, la guerrera germana que se sentaba a mi lado.
Al irse ella quedé solo en el pupitre, no le di mucha importancia, pero entonces fue cuando un día vino Pablis y se sentó para estar más cerca de Juan y desde ahí ha estado siempre ami lado.
Para entonces ya era imposible continuar luchando contra el desparpajo de Aurora, los respingos de Clara al notar algo en su oreja, y contra las canciones del atleti, y esque sin duda vosotros tres hicisteis que una de las asignaturas más odiadas se convirtiese en un incesante maremoto de risas y comentarios chistosos.
Los meses pasaban y entre fiestas de cumpleaños, novios celosos y examenes, pude apreciar que os tenía más dentro de mi mundo de lo que parecía y que verdaderamente me sentía a gusto en esa situación.
El viaje a Italia estaba al caer y creedme que ha sido el viaje de los viajes desde el primer momento.
Pero no todo el monte es orgasmo, y como siempre algo tiene que llegar y acabar con todo.
En Verona, ya el último día me desaparecieron 220€ y quedé practicamente en números rojos, y era más la rabia de no haberme gastado dinero en nada, de haber ahorrado hasta el último céntimo que el propio echo de que me hallan robado.
En ese momento el viaje entero se tornó gris para mí, intentaba buscarle el lado positivo para exprimir los últimos momentos pero esque la vida cambia mucho cuando te ves pelado y te sientes el ser más estúpido del planeta.
Pero una vez más me sorprendisteis, que digo sorprendisteis, me dejasteis totalmente anonadado, cuando me disteis un monederito con el dinero que habiais ido recogiendo de cada persona que quería colaborar con uno o dos euros, y esque hasta la gente con la que menos me llevaba, pusieron su granito de arena para que yo no llegara con las manos vacías a Madrid, y fue entonces cuando verdaderamente me dí cuenta de lo maravillosos que sois todos.
Llevo toda la vida escuchando cosas como generosidad, solidaridad, compañerismo, abnegación... pero son realidades que no te paras a creer del todo, hasta que te pasa algo como esto y recuperas la fe en el ser humano.
Me pedisteis unas palabras, pero esque en ese momento lo único que podía emitir eran balbuceos que acabarían desembocando en sollozos de no haber sido porque avanzamos rapidamente (muahaha).
Nose como agradeceros, ya no solo lo del dinero, y lo del viaje, sino lo del curso entero, cada sonrisa que me hallais dedicado, cada momento que hallamos vivido, en general todo, porque no podré hacer algo físicamente, pero si puedo relatarlo, que a mi palabras, nunca me faltan.