miércoles, 27 de febrero de 2013

Ahora que te has ido

Recuerdo el día que viniste. Estábamos en la playa cuando Zaida llamó diciendo que su novio se había encontrado dos gatitos debajo de una rueda, uno naranja y otro negro. Una vez en Madrid te acogimos porque ella decía que eras el más débil de los dos, pero yo te tenía echado el ojo por ser un gato negro.
Eras  pequeño y  feo, como un murciélago enano que sólo come y duerme, y así comiendo y durmiendo te pasaste las primeras semanas, agarrando el biberón con tus patitas y observando el entorno con tus, por aquel entonces, ojos azules de cachorro.
El tiempo fue pasando y fuimos creciendo, digo fuimos porque el paso del tiempo no me dejó a un lado, sino que aquel preadolescente que te sostenía en una mano se fue convirtiendo en un chaval siniestro y narcisista que te fue adorando cada vez más. De aquel gatito tembloroso que maullaba pidiendo auxilio en cuanto le sacabas de la caja sólo quedó el biberón con el que te alimentábamos,  porque muy pronto te convertiste en toda una pantera, con su andar elegante, su pelaje negro azabache y sus ojos amarillos y penetrantes que se expresaban mejor que cualquier ser humano con su lenguaje.
Cuando aún se suponía que dormías con mi hermana, recuerdo que venías a mi habitación, a rascar en la puerta para que te abriera y meterte en mi cama con un ronroneo que te conseguía todo lo que querías. Siempre me llamó la atención este comportamiento tuyo, porque teniendo absolutamente toda la casa y sus habitantes a tu disposición, me elegías a mi para pasar la noche.
Ahora que te has ido, no dejo de pensar en todas esas siestas que has pasado sobre mi pecho o en mi cabeza, tocándome la mejilla con tu zarpa de felino y mordiéndome la nariz cada vez que me movía o te molestaba.
Me habrás arañazo todo lo arañable, me habrás mordido los cordones, los cascos, las fotos, los posters de mi habitación, te habrás dormido en toda mi ropa y yo te habré besado y achuchado hasta la saciedad, pero ahora que te has ido me doy cuenta de que no me ha parecido suficiente.
Han sido cinco días horrorosos, donde he tenido que convivir viendo como sufrías, como maullabas de dolor y como te tambaleabas, pero ahora por fin descansas en paz.
Ha sido todo tan repentino, tan rápido que aún creo que ni me he hecho a la idea de tu marcha. ¿Por qué te ha tenido que tocar a ti? Éramos tan parecidos, tan semejantes, que siento que ahora que te has ido una parte de mi se ha quedado contigo en la cama donde te dejé, tumbado a tu lado, acariciándote las orejas, mientras tú cierras los ojos y te pegas a mi cuerpo.
Siempre pensé que el día que te fueras lloraría mucho, pero creo que en este caso y tal y como me caracterizo, la razón vuelve a someter a mis sentimientos dejando las lágrimas para la noche, cuando me acurruque en la cama sin ti, viendo como el cielo llora la pérdida en forma de cristales de hielo.



















miércoles, 6 de febrero de 2013

Siempre listos para tolerar

Siempre he tenido la firme opinión de que entrar en el mundo de los scouts ha sido lo mejor que me ha podido pasar. Además de aprender un montón de cosas y de desarrollarme como persona, he conocido a muchísima gente que me ha ido ayudando a lo largo de mi vida de diversas maneras.
Quizá sea por eso por lo que me llamó tanto la atención un artículo que leí en la prensa el otro día.
Resulta que los scouts estadounidenses tenían pensado acabar con la política antigay que llevan utilizando desde que se fundaron hace unos 103 años. Días después hay otra noticia que cuenta cómo  pretenden aplazar esta decisión hasta mayo tras "una cuidadosa consideración". Para seros sinceros, imagino que las cosas en Yankeelandia, respecto a derechos sociales, no son como en Españistán, pero me alegro bastante de saber que somos mejores en eso.
Personalmente creo que el hecho de que te gusten los hombres o las mujeres no tiene por qué influir en ningún otro ámbito de tu vida que no sea el personal. Cualquier tipo de discriminación en este aspecto me parece absurda y poco práctica, pero bueno, también comprendo que en la vida hay muchos puntos de vista y que el mio no tiene por qué ser ni el mejor, ni el más recomendado.
Esto es algo que he ido aprendiendo principalmente en los scouts  y os contaré por qué:
Afortunadamente tengo la suerte de pertenecer a un grupo en el que hay gente con un modo de vida totalmente dispar al mío. Al principio chocábamos mucho, pero con el tiempo me parece hasta divertido e interesante comparar las diferencias y semejanzas que puede haber entre ellos y yo.
Centrándome en el ámbito de la enseñanza, y dentro de ésta, en los scouts, creo que es importante que coexistan diferentes tipos de personas. Veo hasta necesario que un niño o una niña  vea sin ningún tipo de problema que personas del mismo sexo se pueden enamorar, que alguien con dinero puede entablar amistad con otro alguien con un estilo de vida más precario, o que el hecho de vestir de negro, de chándal o de Zara no sea razón suficiente para no poder reír juntos jugando a un escondite.
Haciendo hincapié  a este último argumento, quiero destacar cómo de importante es la variedad, tanto en los scouts como forma de educación fuera de las aulas, como en cualquier colegio o instituto.
Cuanto más diferentes sean las personas que eduquen a los niños, más maneras de ver la vida tendrán y más preparados estarán para hacer frente a los problemas que ésta les depara.
En referencia a la homosexualidad, es algo que siempre ha existido y que siempre existirá, por mucho que la gente intente ocultarlo. Lo único que va cambiando con el tiempo es la forma de afrontar esta elección sexual. Me parece que, lejos de cualquier ideología, hay que tener en cuenta que antes de ser gays o lesbianas, son personas humanas que sienten y padecen, y que por tanto merecen el mismo respeto que se le dedica al resto del mundo. 
Como podréis imaginar tras haber leído lo que llevo escrito, estoy totalmente a favor de la presencia de homosexuales en los scouts, en las aulas y en cualquier sitio, y ya no sólo de homosexuales. Creo que sería importantísimo para el desarrollo de la sociedad que cohabitasen  personas de lo más asimétricas  las unas con las otras (católicos, musulmanes, judíos, gente de derechas, gente de izquierdas, góticos, pijos, canis, abogados, periodistas, médicos, ingenieros, inmigrantes...) porque no hay nada mejor para salir de la burbuja de nuestro modo de vida que conocer los modos de vida de los demás. 
Así que si el racismo se cura viajando, la intolerancia se combate con respeto que se adquiere abriendo horizontes.

lunes, 4 de febrero de 2013

Bloggers a gogó

Me vais a permitir que me aleje un poco de mi temática cotidiana para hacer una pequeña reflexión sobre algo que me ha pasado hace poco.
El otro día en la red social Twitter comencé a seguir a un chico que me llamó la atención por su nombre y por su blog, el cual me fascinó tanto que no dudé en agregarlo a mi lista de lecturas habituales. El caso es que a las pocas horas vi una mención de una chica argentina que decía que a ella no le gustaban los blogs sentimentales ya que a la gente normal le gusta reir más que escuchar, o en este caso leer, las penas de los demás. A partir de ahí comenzó un ir y venir de menciones argumentando los pros y los contras de los blogs, y a mí lo de discutir por Twitter me enerva bastante porque en 140 caracteres no me caben ni los buenos días. Por esta razón decido hacer una entrada personal en mi blog en defensa de lo que creo de manera que pueda explayarme a gusto.
Personalmente me gusta mucho encontrar que alguien a quien acabo de conocer tiene un blog, principalmente porque lo veo como una manera muy útil (y discreta) de saber más de esa persona, ya que normalmente los blogs son lugares donde la gente plasma sus pensamientos sin importarles lo que dirán o pensarán. 
Es muy cierto que hay personas que utilizan el blog como diario personal poniendo cada una de las vivencias que les ocurren a lo largo del día, todos sus amores y desamores y demás cosas que si te paras a pensar, no te interesan lo más mínimo, pero oye, nadie te obliga a tragar algo que no te importa, para eso ya tienes suficientes asignaturas en el bachillerato.
Si no te gusta lo que lees, no lo leas, es así de sencillo, pero me repatea que por el hecho de que a ti no te guste te veas en el derecho de afirmar que los blogs "sentimentales" o de temas "tristes" no deberían existir ya que dan mala fama a los blogs "divertidos" o "felices" como pueda ser el tuyo.
Hay tantos tipos de blogs como personas en el mundo y sinceramente me alegro de que haya blogs de todo tipo, porque creo que en la variedad está la felicidad y que de ser todos iguales la vida seria muy aburrida.
Blogs de pasteles, de historias de amor, de relatos eróticos, de fraudes de empresas. Blogs críticos, blogs de comedia, de tragedia. Blogs de matemáticas, de física o de literatura universal ¿Qué más da? Que todo el que pueda y quiera escriba sobre algo porque siempre habrá alguien que aprenda o se sienta identificado con aquello que has narrado.