viernes, 4 de mayo de 2012

Recuerda

Fuera llueve. Pensamientos tan banales como ese me recorren la mente mientras, tumbado boca arriba en la cama, busco figuras en el techo. Escucho a las gotas chocando contra el cristal y al viento susurrar mi nombre con su incesante ulular. 
Parece que escampa.
Mi interior se esfuerza para mantener cerca el sonido de la lluvia, pero poco a poco se desvanece hasta ser solo un recuerdo...
Uno de tantos que pueblan mi raciocinio.
Son muy curiosos los recuerdos porque son como las ilusiones, de ellos no se vive, pero sin ellos sucumbiriamos
Si te aferras al pasado te pierdes el presente y te distraes del futuro. Es algo básico que deberian enseñarnos desde pequeños. Los recuerdos son fuertes armas de guerra, que duelen como cuchillas o que alivian como caricias, todo depende de las intenciones. Unos recuerdos advierten, otros enseñan y otros martirizan. Curiosos son los recuerdos que mantienen con vida los rostros de aquellos que en su dia nos fueron allegados, y curiosos los recuerdos que se distorsionan para crear nuestra idílica e inalcanzable realidad imaginaria.
El poder de la mente no tiene fin, ni tampoco escrúpulos. El pensamiento domina a las emociones a través de los recuerdos guardados en el almacén del cerebro, protegido por el cráneo y custodiado por la mirada.
Mis ojos se cierran y mi cuerpo me pide descanso, pero mientras relajo mis músculos me pregunto durante cuánto tiempo más mis recuerdos alimentarán nuestra moribunda amistad.

martes, 1 de mayo de 2012

En verano parece como si no pasara el tiempo....

El verano madrileño se caracteriza por ser caluroso hasta decir basta. El sol achicharra en horas puntas y la luna solo enfría en las noches de viento. A las tres y media de la tarde, después de comer y en pleno mes de agosto, una azotea poblada por plantas de grandes macetas era testigo de las conversaciones filosóficas entre un Él balanceándose en un columpio y una Ella tumbada al sol.

-Dime un chico que te parezca guapo.- murmuró Ella mientras tumbada boca abajo alternaba el movimiento de piernas.
-Yo.- murmuró Él sin levantar la vista del periódico del día que hojeaba.
-Joder nosotros no valemos, sino nadie tendría una oportunidad.-
-Entonces...- frunció el ceño mientras  mordía su labio inferior.- No sabría que decirte, todos tienen sus imperfecciones...
-No podría estar más de acuerdo...- reía Ella mientras se daba la vuelta.

La tarde continuaba pasando. Las manecillas del reloj de la pared iban realizando su perfecto recorrido y la pareja no variaba su posición. Con la mirada perdida  seguía balanceándose lentamente, marcando los segundos que pasaban con un leve chirrido de metales faltos de aceite.

-Que bonito es Madrid...-
-Que dices, en cuanto pueda me iré a vivir al campo o a la costa.- dijo Ella mientras cambiaba de postura
-Y será verdad, ¿y qué pasará con nosotros?.- se quejó el chico
-Nada, porque te vendrás conmigo. ¿Te imaginas la de risas que nos echaríamos viviendo juntos?.-
-Acabaríamos a ostias.-
-No creo. Nosotros no. Anda deja ya el ruidito y échame crema en la espalda, que me estas poniendo negra.
Él se levantó y se quedó en cuclillas junto a Ella.
-¿Negra? Se te pondría el culo zumbón.-
-Puto pato.- rió

Una nube, grande, blanca y esponjosa tapaba el sol hasta nuevo aviso.
-Joder me estoy quedando helada.- Ella se levantó y se cubrió con un pequeño chal  a la vez que se sentaba en el columpio.- Es irse el sol y te quedas fría, ¿No hay nada de beber?
-Que va, no hemos subido nada.-
-Tendré que bajar, ahora vuelvo.- se levantó y caminó descalza hasta la puerta que daba a las escaleras.
Él se recostó en el columpio y comenzó a leer el periódico del día, Ella no tardó en subir para tumbarse boca abajo en la toalla mientras alternaba el movimiento de piernas.
-Dime un chico que te parezca guapo.-
-Yo.- contestó Él sin levantar la vista del periódico que hojeaba.