viernes, 23 de diciembre de 2011

Ésta será nuestra historia

El mundo se debe de estar acabando porque se está descontrolando. Las personas cambian, las tendencias se renuevan y todo lo que creías normal y familiar ahora te es ajeno y extraño.
Quizá tu y yo no sepamos evolucionar, nos hemos quedado atascados en nuestro eterno presente atemporal. Esa espiral de tú y yo y de yo y tú que rellena esos huecos que en algún momento alguien ha dejado vacío.
Y si le soy sincero al mundo, para qué más...

sábado, 17 de diciembre de 2011

Caducidad

Una pena ser tan joven y tener que mirar al pasado para ser consciente de que viendo el presente, no hay futuro para nosotros.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Me gustan las noches.

La verdad es que es uno de mis momentos favoritos del día. ¿Por qué? No lo sé.
Creo que es el único momento en el que puedes pararte a pensar acostado en tu cama, arropado bajo el edredón que si con suerte ha sido cambiado por la mañana,  emanará un entrañable olor a suavizante.
Debes estirar tu cuerpo para que tus músculos se tensen, y al relajarse, puedas percibir el frío de la sábana en los pies mientras tu gato se hace un ovillo sobre tu pecho ronroneando tan fuerte que te obliga a subir el volumen de tus pensamientos.
La habitación está tranquila, la casa está en silencio y no parece haber nadie por las calles. Quizá de vez en cuando pase algún coche o cruja algún mueble , pero por lo demás todo parece estar fuera de combate.
A continuación tienes dos opciones: puedes repasar tu día (con sus cosas buenas y malas) o tal vez sea más sensato dejarse llevar por esa fuerza sobrenatural que hace que tus párpados se vayan cerrando poco a poco. Será entonces y sólo entonces cuando si de verdad eres afortunado comiences a soñar, y es que ésta es la oportunidad para que todo lo imposible se puede hacer realidad. Tus sueños pueden ser felices, agradables, de esos que si te despiertas, maldecirás veinte millones de veces al hilo que no puedes volver a encontrar; o pueden ser horribles y angustiosos, de esos que te tiran por las escaleras o que te encierran en ascensores claustrofóbicos  llenos de zombies que bailan reggaeton.
Para cuando te des cuenta de que te has despertado (para bien o para mal) decidirás darte la vuelta y mirar a la pared (si no tienes pared, te caes de la cama, máxima atención en esta parte) y continuar descansando; no quieres mirar el reloj, no quieres levantarte a mear porque Pereza y Calorcito están acostadas contigo, todo lo contrario que Cojines, quienes han acabado por el suelo...
Para cuando quieres volver a cerrar los ojos y disponerte a seguir durmiendo, algo suena...
No hay sonido más desagradable, ni el de una broma, ni el de un insulto, ni siquiera el "crack" de cuando alguien pisa una cucaracha es tan odioso como el tono de alarma del móvil/ despertador. Con extrema resignación lo coges, lo haces callar pulsando el botón correspondiente y con una incredulidad bastante importante te acabas cerciorando de que ya es la hora y toca levantarse...