miércoles, 22 de septiembre de 2010

Hola ¿Nos conocemos...?

Fué un viernes por la tarde cuando Alejandro nos puso juntos por primera vez, allá por cuarto de primaria ¿Recuerdas? Pero tu y yo ya nos conocíamos de antes, siempre fuiste la niña a la que no le gustaba mi colonia y que sentía una pasión descontrolada por la cera de color carne.
Recuerdo que al principio, la timidez reinaba entre nosotros, pero poco a poco, y con ése carisma que tanto me gusta de tí, te ganaste mi confianza.
También recuerdo que fué contigo cuando empezaron las palabrotas y los insultos, que desembocarían en los ya legendarios "Lunaaa, ¡hija de putaaaa!" y "José Ángel es un herpes genital"
Ambos fuimos protagonistas de la salsa rosa de los últimos cursos de primaria, ya que prácticamente toda la clase estaba pendiente de nuestro supuesto "idilio amoroso" el cual no hacíamos má que desmentir y desmentir, pero mira que los niños pequeños llegan a ser cargantes eh...
Juntos hemos echo la croqueta en el polideportivo, llenándonos los bolsillos de la chaqueta del chandal carmelita de ese incómodo césped artificial que muy probablemente siga en esos bolsillos. Descubrimos Mongolandia y trabajamos como periodistas de investigación en el patio del recreo, para acabar averiguando que la mujer del Tomás se ponía cachonda con el Parada ( frikada que solo tú entenderás).
Nos hemos reído, hemos llorado,y nos hemos reído más todavía, cuando por ejemplo el de religión te pilló los dibujitos que tenías al final del cuaderno, o cuando yo me dí contra la puerta al ir al baño.
Otra cosa igual, siempre pendientes de que uno u otro se tropezara para descojonarnos en su cara.
Siempre hemos sido un equipo estupendo, tu las divisiones y yo las multiplicaciones y en cuanto a problemas y cambios de unidad siempre íbamos de culo.
Con Gus-Gus, todo era aún más divertido, y no hablemos de la clase de francés, que ha marcado un antes y un después en nuestras gilipolleces varias, ya sea cantando la "jument de miseau" o exponiendo el trabajo de Suiza (el cual tenemos que repetir, si mal no recuerdo xDD)
Lo mejor de todo era nuestro gran talento en la física ( en la segunda evaluación la abandonamos y nos pasamos las clases hablando con el negrito tercermundista del edificio de enfrente) ya que enseguida nos dimos cuenta de que eramos de letras ¡joder! y siempre después de la típica frase de PdV: "Uy, el año que viene los de ciencias os vais a cagar con esto" Luna y Jose chocaban las manos en medio de la clase xDDD
Fuimos los pioneros en abandonar los carmelitas y en degustar los grandes platos de nuestra gastronomía como: "Sopa con bigote del chino que estaba por la Pino" o "Paloma muerta en medio de la calle aplastada por rueda de camión"
Ay Luna, eres de las únicas personas con la que me puedo reir a carcajada limpia, gritando como un descosido hasta quedar afónico (verídico todo y sin ir pedo, que conste xD) y espero quesiga siendo así durante toda nuestra vida, porque enserio te lo digo, una tarde contigo me alegra el corazón, y gracias atí y a cuatro energúmenos más, sé por quienes merece la pena vivir.
Te quiere un montonazo, te desea un feliz cumpleaños y te invita a dormir entre sus cartones,
José Ángel, el pollero feriante

lunes, 20 de septiembre de 2010

Linda y hechicera

El bosque nos rodea, nos observa, atento a nuestra acciones, a nuestras miradas...
Malditos mil veces sean tus ojos, malditos tus rizos y maldito el aroma que desprendes.
-Te odio.-
-Lo sé- noté como tus labios rozaban mi mejilla.
-¿Qué fue eso?-
-Nada que no merezcas...-
-Sabes que no lo merezco...-
-Lo sé-
Una elegante bofetada me cruzó la cara provocando que me mordiera el labio, hundiendo mi colmillo derecho en mi labio inferior.
Roja y cálida, la sangre fue deslizándose por mi comisura.
-Para que nunca olvides con quien estas jugando...-
Me reí, a veces tienes buenos golpes. El sonido de mi risa rebotó en las copas de los árboles y chocó de nuevo contra tí, no pareció complacerte, porque levantaste otra vez la mano, pero esta vez, la mía fué más rápida y pude agarrarte por la muñeca, apretando con fuerza.
-¿Sabes con quién juegas tú...?-
Me encanta ver la mueca que atraviesa tu cara, es una mezcla deliciosa entre frustración y sorpresa que aumenta mi interés sobre tí.
Alzas la otra mano , pero ¡sorpresa! aquí estoy de nuevo, y tu forcejeas para intentar liberarte en vano.
-Ten cuidado, que ese beso está embrujado...- dices arrastrando las palabras.
-¿Seré una víctima más de tu hechizo?-
Únicamente optengo como respuesta tu sonrisa pícara, que observa con siniestro placer la gota de sangre que recorre mi mentón.
-Bruja...- te murmuro al oído para después bajar hasta tu boca y recuperar lo que me debes.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Solo los borrachos y los niños dicen la verdad

Los cubitos de hielo del cubata de encima de la mesa, se derretían despacio bajo los tenues rayos de luz del amanecer.
Los vasos por el suelo, las migas de galletitas saladas, las numerosas botellas vacías y el sabor a alcohol de mi boca, eran señal de que había sido una noche espectacular.
Todo estaba en silencio, lo único que escuchaba eran las palabras de aquella carta que resonaban con fuerza en mi mente.
Levanté la vista del trozo de papel en dirección al sofá de al lado, donde dormías apaciblemente.
Esta noche, me he podido acercar mucho más a tí, y por fin hemos atado cabos sueltos dejando las cosas claras.
No se que abría podido pasar sino le hubieras dado la vuelta a mi verano por completo, haciendo que merezca la pena seguir sonriendo cada día y créeme cuando te digo, que yo estoy encantado de sonreir por ti cada mañana.
Como un día ambos escribimos, todas las historias comienzan, se desarrollan y acaban, pero los dos, por suerte, queremos que esta no termine nunca.

sábado, 4 de septiembre de 2010

4 de septiembre

-¿Si?-
-¿Dónde estás?-
-En el colegio ¿por qué?-
-Por nada, que ya hemos vuelto-
-¿Y al final que ha pasado?-
-Te lo diré cuando vengas-
-Dimelo ahora...-
-Lo hemos sacrificado...-
4 de septiembre de 2009


No quiero irme por las ramas, hoy hace un año exacto que te fuiste.
Sinceramente creí que era más fuerte frente a estas cosas, pensé que las heridas cicatrizan más rápido con un poco de sentido común, pero según se acercaba esta fecha me daba cuenta de que soy muy vulnerable a tu ausencia, y que el intentar hacerme el fuerte solo ha servido para que el choque contra la realidad sea más brutal.
Para serte sincero, me adapté muy deprisa a tu marcha, quizá demasiado. Poco a poco la rutina a la que me tenías acostumbrado fue desapareciendo, dejando paso a un vacío que nadie a conseguido volver a llenar.
Por aquí todo va bien, todos te echamos de menos y estoy seguro de que los demás saben perfectamente que fecha es hoy, solo que hacen la vista gorda.
Ahora hay un nuevo miembro en la familia, se llama Cleo y es revoltosa, juguetona y escandalosa.
A mi modo de ver, solo tiene un defecto, se parece demasiado a ti.
Muchas veces la he mirado a los ojos, y el fantasma de tu mirada ha aparecido ante ellos.
El sonido de sus patas contra la tarima, es demasiado parecido al que hacías tú, hasta le han comprado los mismo juguetes que tenías.
Es curioso ver cómo con sus puncamoñadas de cachorro se esta ganando a la familia, pero creo que nunca podrá ocupar tu puesto.
¿Sabes? Diría que hasta el gato sabe que hoy hace un año, sigue igual de altanero y orgulloso (se empieza a parecer demasiado a mí eh) presidiendo el salón desde lo alto del sofá.
El otro día pasé sin querer por nuestro sitio, ¿te acuerdas? la de veces que habremos pasado tu y yo por ahí.
Mentiría si te dijera que no se me pusieron los huevos de corbata.
Me encantaría volver a verte por lo menos una vez más, o que aparecieras cada vez que estoy triste para lamerme las lágrimas y tumbarte a mi lado con esa mirada que decía "Eh, ¿sabes que si me acaricias tus problemas desaparecerán?" como hacías cuando era pequeño, y después nos quedabamos dormidos en el suelo, y cuando despertaba, una mantita nos tapaba a ambos.
Ojalá y todo fuera como antes, pero me temo que por mucho que lo desee, ni tu volverás a la vida ni yo volveré a ser ése niño de sonrisa humilde y mofletes colorados.
Solo me queda, un año más, agradecerte lo buen perro que fuiste y pedirte perdón por no darme cuenta de lo mucho que te quiero hasta el momento que faltas.



Hoy, 4 de septiembre de 2010 hace un año que te marchaste, y aquel niño se marchó contigo