jueves, 21 de marzo de 2013

Algo por lo que volver

Para cuando quiso darse cuenta la rutina le tenía sumido de nuevo en su fuerte abrazo. Los días pasaban sin pena ni gloria.Tal era su punto de aburrimiento que hasta deseaba que comenzaran las clases para distraerse con el temario y sus compañeros.
De las cosas más duras que tiene la soledad es el pasarse las tardes sentado frente al ordenador actualizando todas las redes sociales rascando en forma de comentario algún tipo de contacto con el mundo, pero nada, parecía como si el mundo no quisiese interactuar con él.
Para colmo de males los incipientes rayos de Sol caían cada vez con más fuerza sobre la fortaleza de hielo que se había ido esculpiendo durante el invierno. Las paredes goteaban y el gélido aroma de la insensibilidad abandonaba los pasillos de su palacio para escaparse por las ventanas hacia lugares más frescos. La primavera era imparable y las flores y el colorido estarían a partir de ahora a la orden del día.
Suspiró. El sábado estaría en contacto directo con esa naturaleza rebosante de vida, y por un lado estaba agradecido por poder desconectar de todo lo que la ciudad le transmitía, pero por otro sabía que aquel campamento se le haría muy cuesta arriba si no conseguía una razón por la que mereciera la pena regresar.
¿Algún evento especial? ¿Alguien especial? De momento nada de eso había, pero no perdía la esperanza. Le queda un día para encontrar algo por lo que volver.

domingo, 10 de marzo de 2013

La vida pirata, la vida mejor

Como buena muestra de bipolaridad, aquí viene una entrada en total oposición a la anterior. Si bien hablaba de pozos, de oscuridad y de rutina, ahora toca hablar de luz y de ríos de aguas claras y cristalinas.
A pesar de tener momentos malos, de estar neutro tirando a triste y de necesitar un gato negro al que achuchar, creo que tengo que distraerme y  ser fiel a eso de: "El scout sonríe y canta ante las dificultades".
Viendo el torrente inhóspito de emociones que me invade a lo largo del día creo que es mejor que me entretenga para así ganarle la batalla al tiempo y poder decir dentro de unas semanas "Vaya choto más grande yo pensando esas cosas." Ahora es el momento en que os preguntáis cómo demonios puedo vencer al imparable amigo. Muy sencillo y difícil de cumplir, como todo, manteniendo la cabeza despierta y ocupada.
De nada sirve hacer muchísimas cosas a lo largo del día si luego las noches van a estar llenas de suspiros y de malestar, por eso me voy a esforzar en cumplir todos mis objetivos para así alcanzar lo que viene siendo un nivel de felicidad decente.
Últimamente mi cerebro procesa mucho la palabra "karma". Las cosas que me suceden no me son tan ajenas del todo, simplemente pasa que antes las observaba desde el otro lado del campo, donde los palos casi ni se notan, Por eso me he propuesto, muy a lo serie americana, contentar al karma para que me devuelva todo lo que siembre o incluso más.
Voy a intentar ser agradable con todo el mundo, de esa forma el mundo será agradable conmigo. Sonreiré todos los días y así el mundo me sonreirá. Saludaré y me despediré al entrar y salir de las tiendas y quizá (sólo quizá, ojo xD) dejaré de ser tan criticón y meticuloso. Si quieres notar el cambio, anda distinto ¿no?
Entonces lo dicho, me paso a la vida pirata, que como todo el mundo sabe es la mejor, para que sin trabajar (pero estudiando) y bebiendo ron de vez en cuando pueda alcanzar en  mi corsario aquello que me espere en ése horizonte inalcanzable e inmenso.

jueves, 7 de marzo de 2013

Rutina en soledad

Me vuelvo a sumergir en el pozo de la amargura y para seros sinceros me cansa estar entrando y saliendo. Viendo como va el panorama casi prefiero ahogarme en sus aguas negras. La luz del Sol me quema en los ojos, vuestras risas me rompen los tímpanos y vuestra felicidad me apuñala por todas partes. Es envidia y rencor, los únicos sentimientos con los que me familiarizo últimamente.
Despertarse, desayunar, universidad, comer, siesta, gimnasio, estudiar, dormir, y así día, tras día, tras día, tras día. Se ha marchitado lo poco que me hacía feliz, así que inyección letal y a seguir con la vida.
Ya no sé en que creer, si esto es obra de un Dios, de un Karma o de un Destino, pero el caso es que no mejoro, no salgo a flote.
En el fondo donde más me duele es en el orgullo, porque sé que esto que siento ahora yo mismo lo he provocado en numerosas ocasiones, y como mínimo, me lo merezco.
Un "te jodes" por cada sonrisa que me arrancaste, un "te lo advertí" por cada vuelco del corazón y un "demasiado tarde" por la sensación de vacío que me dejas.
Quitarme los sentimientos, de verdad, que no los necesito.


-Pues ya se ha acabado el día de hoy...-

- Y ¿qué más da? Mañana empieza otro igual...-