sábado, 5 de enero de 2013

La noche mágica

Hoy es cinco de enero. Mejor dicho, hoy es la noche del cinco de enero. La mayoría de los hogares españoles se llenan esta noche de regalos para los más pequeños y no tan pequeños, y es que hoy es la famosa Noche de Reyes.
Bajaba yo la calle a altas horas de la madrugada, pensando en mis cosas y escuchando una de esas canciones que te acompañan el espíritu mientras caminas, cuando de repente he visto a un padre de familia sacar del maletero de su coche un montón de regalos envueltos en un horrible papel rosa.

"He descubierto tu escondite." le decía mentalmente mientras él dejaba los paquetes en el suelo y sacaba las llaves para abrir el portal de su casa. Para seros sincero, nunca me llegué a creer del todo lo de los reyes, y no porque fuese inteligente, sino porque creía una cosa más enrevesada todavía:
En mi portentosa imaginación veía a todos los padres de Madrid yendo a los centros comerciales y a las tiendas de juguetes, esa misma noche, a comprar todos y cada uno de los regalos que sus hijos previamente habían descrito. ¿Tiene eso más delito que creerse lo de que tres señores que vienen de Oriente entran en tu casa y te colman de obsequios basándose en un criterio de niño malo- niño bueno bastante injusto? Puede ser. Siempre me he caracterizado por tener la verdad en mis narices y retorcerla para hacerla más complicada.
El caso es que al llegar a casa, me he encontrado con que mis padres estaban despiertos encerrados en el salón envolviendo regalos. Esto último lo deduzco por el sonido de papel celo que se escuchaba, no por haberlo visto con estos ojos que me ha dado Dios. 
Ellos al escucharme entrar, han comenzado a guardarlo todo deprisa y corriendo, con ese miedo que caracteriza a los padres en ocasiones de ser descubiertos. Por mi parte he hecho lo de siempre, entrar en mi habitación, desnudarme, hacerle muecas al espejo, ponerme la camiseta de dormir, el pantalón del pijama y encender el ordenador. Después de un rato mis padres se han asomado a verme para decirme las típicas frases de padres: ¿Qué has hecho? ¿Dónde has estado? ¿Lo has pasado bien? ¿Quieres cenar? ¿Cuando vas a hacer algo productivo en tus vacaciones? etc etc, y yo les he ido contestando con las típicas frases de hijo: Nada. Por ahí, Seh. Seh. Mañana estudio fijo, etc etc
Cuando por fin se han dado cuenta de que mis ganas de hablar eran proporcionales a las de que me gritasen en el oído, han vuelto al salón a seguir con lo que estuvieran haciendo y yo me he vuelto a sumergir en mi mundo de Facebook, Twitter y Youtube. 
Revisando el quinto comentario en foto estaba yo cuando me he dado cuenta de la cara que tenía el hombre de los regalos de hacía un rato. Era una expresión totalmente sublime, una especie de sonrisa camuflada por el sigilo que dejaba entrever un perfectamente entendible: "Ya verás cuando se despierte mañana"
Luego volví a pensar en mis padres, ¿sería esa su cara al escondernos los regalos a mi hermana y a mi? De ser así les dedico un sonoro "Qué majos" mental mientras añoro lo que significaba la Noche de Reyes para el José Ángel de hace diez años.
Por todos los padres de España, en especial por los mios, por el señor del portal, por su hija y por el José Ángel de hace años, cogí mi cara de niño bueno y mis zapatillas Converse y me dirigí al salón a dejarlas debajo del árbol de Navidad ante la mirada estupefacta de mis padres, a los cuales les contesté a su "¿Qué haces?" con mi "Es que esta noche vienen los Reyes Magos y yo he sido muy bueno"





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