lunes, 21 de septiembre de 2009

Había olvidado ya...

Había olvidado ya lo tardona que eres.

Había olvidado ya lo impaciente que soy.

Había olvidado ya la sensación de tener el corazón en la garganta.

Había olvidado ya el sabor de tus labios.

Había olvidado ya el aroma de tu cuello.

Había olvidado ya la suavidad de tu piel.

Había olvidado ya el centellear de tus ojos al verme.

Había olvidado ya la fuerza de tus abrazos.



Había olvidado muchas cosas, pero hoy he recordado.

Y lo he echo de la manera más dulce, más tierna y más añorada.


Te quiero.


miércoles, 16 de septiembre de 2009

Planta 4º

La gente de aquel vagón estaba inmersa en sus cosas: una chica de pelo rubio leía un libro sin mucho interés, un joven escuchaba rap apoyado en una de las puertas laterales.
La minoría que no llevaba distracción estaba absorta en su conversación:

-No llegamos-
-Si llegamos-
-Vamos a morir-
-No vamos a morir-
-Estoy nerviosa-
-Yo tambien-
-La línea cinco es una mierda-

Estaba en medio del vagón, apoyado contra una barra, escuchando la conversación de sus acompañantes sin mucho interés.
Pensaba en lo quele esperaba en aquel nuevo lugar,en la gente que conocería y a la que dejaría de conocer.

''Próxima estación: Rubén Darío''


-Nos toca- murmuró.
Salieron del vagón y giraron a la derecha, siempre a la derecha.
Cuando salieron a la calle, unos tenues rayos de Sol les recibieron , y siguieron andando decididos.

Al llegar a la esquina, una multitud de gente les esperaba en la puerta.
Entraron y buscaron sus nombres en la lista

RIOJA GARCÍA JOSE ANGEL 1ºE

Subió las escaleras, nervioso pero ya, un poco más tranquilo, su clase estaba enfrente de las escaleras, en la planta 4 .
Se sentó en la segunda fila, no había mas sitios libres, la gente al principio le miró pero luego volviero a sus cosas con total normalidad

-Hola ¿eres nuevo?- preguntó una voz detrás suya

Se giró y respondió a una chica de pelo corto con una sonrisa en la cara

-Si, soy Jose Angel-

-Yo me llamo Tamara- dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Él bajó la vista, ''Tamara'' pensó, como algo tan simple como una palabra de 6 letras le podría traer tantos recuerdos.
La echaba de menos, realmente la añoraba mucho, añoraba los momentos que habían pasado los dos en clase, cada risa, cada broma, cada aprobado, cada suspenso, cada sonrisa, añoraba su estuche rojo lleno de tipex, añoraba su anillo de calaveras que no le cabía en el dedo, añoraba leer en voz alta a su lado, añoraba verla enfadada, añoraba sus golpes, su agresividad, los patios juntos, las galletas de 0.58 € del Ahorra más, las lenguas de manzana, los risketos, el estar sentados en las escaleras criticando a la gente, el ser perseguido por ella por medio colegio, añoraba todo eso y mucho más. pero la añoranza era un sentimiento que había decidio dejar atrás; en su nuevo mundo, no había sitio para ella, ahora que estaban separados, vivirían nuevas cosas, cada una mas interesante que la anterior, asi que mirando aquel chorro de optimismo dijo

-Encantado-

martes, 15 de septiembre de 2009

Explosión ígnea

Llevaba rato notando algo raro.
Había algo dentro de él.
Pero, era extraño, llevaba tiempo sin sentirlo y casi no lo reconoció, pero, ¿podía ser posible?.
Lo recordaba, era cálido y agradable, y alrededor del frío glacial que se había instalado en su corazón, era fácil encontrarlo.
Poco a poco la calidez que emanaba se fué haciendo mayor y pudo arrullarse en ella.

-¿Que pretendes?-

Sonrió, notaba como el calor fluía por su cuerpo.
La estancia se fué derritiendo poco a poco; las paredes, bajo una gruesa capa de hielo, se fuéron resquebrajando, lentamente, diversas gotas transparentes se descolgaban delicadamente de los carámbanos que decoraban el techo.

-¿Que haces?¿Que demonios haces?- preguntó contemplando como poco a poco, la gélida fortaleza que había construido, caía de forma irremediable bajo el incesante fuego que emanaba el chico.
¿Fuego?
Fuego, asfixiante, naranja, caluroso,un llameante fuego rodeaba al muchacho que seguía sumido en aquel sentimiento recién encontrado, abandonado a su suerte, en la inmensidad del olvido.


Pero ya no, ahora brillaba con su propia fuerza, obligando al chico a levantarse, a luchar contra el invierno artificial que se arremolinaba alrededor de su corazón, negando lo evidente, negando que había sido vencido, una vez más por algo más fuerte que la soledad.

-No...puedes.....hacerme esto.....no ahora....-

Alzó los brazos y, en medio de la espiral de fuego gritó:

Y su grito se oyó alto, fuerte y abrasador, acabó por completo con las inquietudes, con los miedos y temores, y con la inseguridad, y una vez acabado con todo eso, se levantó y una vez más se asomó a la venana dispuesto a comerse el mundo, a vivir la vida, sin importar nada ni nadie.

Una nueva etapa de su vida comenzaba ahora y bajo la luz de la Luna, juró vivirla al máximo.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Suspiros de hielo

Ahí estaba, tumbado en su cama, respirando pausadamente.
Suspiró, aquella extraña neblina que le rodeaba se introdujo por su boca hacia sus pulmones, llenándolos de ese intenso frío que había ido surgiendo.

Al principio se fué apoderando de él, sin que se diera cuenta, pero poco a poco, aquella sombra glacial se fué expandiendo, desde el fondo de su corazón hasta todo lo que le rodeaba, y cuando quiso hacer algo para impedirlo, era demasiado tarde.

Las paredes de su habitación estaban recubiertas por una fina capa de hielo, que seguía hacia el techo, donde los carámbanos empezaban a ser más y más visibles, la lámpara, quedaba totalmente congelada, emitiendo una leve luz blanco azulada.

Aquel era el panorama, aquel era el mundo, en el que estaba sumergido desde hacía unas semanas.

Obviamente solo él era testigo de lo que sucedía, pero, o no podía hacer nada , o no parecía importarle.

Cerró los ojos, e intentó buscar una vez más entre el frío de su alma......

martes, 1 de septiembre de 2009

La chica de la fuente

Había mucha gente caminando por aquella calle esa tarde, a pesar del mal tiempo, cientos de personas iban de aquí a allá, entrando y saliendo de las tiendas, haciendo fotos, riendo, ,o paseando sin más.
El bullicio era considerable, asi que nadie se fijó en aquel chico que corría contracorriente.
Por una razón: la había encontrado.
No sabía muy bien a quien o a que exactamente, pero una extraña sensación le conducía a correr por esa calle, en esa dirección.
Había comenzado a correr, poco después de chocar con ella, al perderla de vista.
Al principio pensó que sería alguien normal y corriente, pero al poco de pasar, captó su olor:
Un olor salvaje, atrayente, indómito que despertaba en él un deseo profundo. Se paró en seco e inspiró con fuerza hasta que aquella maravillosa fragancia fué sustituida por el hedor de la ciudad.
Giró sobre si mismo para averiguar de donde procedía aquel aroma embriagador y fué entonces cuando reparó en la muchacha que bajaba la calle corriendo.
No se había parado a mirarla mucho, porque enseguida se perdió entre la multitud, pero lo poco que vió le pareció íncreible, asi que comenzó la carrera.
Con una agilidad y una precisión desconocidas en él, fué esquivando gente, recorriendo la calle a gran velocidad, pero no lograba alcanzarla, de echo, ni la veía de lejos, pero podía oler su perfume mágico, el cual decidió seguir.
La calle no duró mucho y desembocó en una enorme plaza, y allí la halló.
Estaba descalza, metida en una fuente admirando los chorros de agua que caían emitiendo un agradable sonido.
El chico se fué acercando para poder apreciarla mejor:
La chica se giró y le miró.
Su largo pelo oscuro estaba recogido en una larga coleta que caía por la espalda cubierta por una fina camisa que acababa en un vestido rojo que se perdía en el agua..
Sus ojos grises despedían una luz, que llegó directamente al alma del chico, ilúminandola, desterrando las tinieblas que se cernían alrededor de su corazón, instalando aquella luz purificadora.
El chico quiso decir algo, pero estaba totalmente mudo.
La muchacha sonreía alegremente mientras que con los brazos abiertos se aproximaba a él, pero algo la hizo parar en seco.
La lluvia había amainado y antes de que se dieran cuenta, el Sol brillaba con fuerza, alumbrando la fuente y a la chica, que parecía desvanecerse poco a poco.
Su expresión había cambiado completamente, parecía decepcionada, triste, se había parado, como resignándose a desaparecer, le lanzó una última mirada al chico, y éste comprendiendo que era la última, se metió en la fuente para abrazarla con fuerza y mantenerla a su lado para siempre, pero cuando llegó, la chica había desaparecido completamente dejando tras de si aquella maravillosa fragancia y un horrible sentimiento de pérdida.
No os sintais tristes, estos dos jóvenes se reúnen todas las noches en esa fuente donde se aman bajo la Luna, pero nunca bajo el Sol.