domingo, 26 de junio de 2011

¿Cree usted en fantasmas?

Al abrir la puerta y encontrar la habitación vacía no pude hacer otra cosa que levantar una ceja extrañado y continuar caminando por el pasillo en busca de algún indicio de su paradero.
Continué acompasado por el crujir de la madera. Las sombras bailaban con la luz de las velas, las cuales titilaban en tonalidades anaranjadas. Llegué a la zona de las escaleras, quería evitar pensar en tener que subir hacia aquel desván oscuro y lúgubre, pero gracias a Dios pude deshechar la idea al escuchar sonidos procedentes del piso inferior. Era prácticamente imposible que hubiese bajado, su silla de ruedas no se lo permitía.
Los escalones eran anchos y la barandilla polvorienta, debía obviar la cantidad de telarañas que cubrían las esquinas y los numerosos retratos en blanco y negro de todos los antepasados que parecían mirarme con aquellos ojos grises e indescifrables.
Había aceptado ese trabajo por la gran cantidad de dinero que recibía por atender al paciente, pero según avanzaba su enfermedad se volvía más complicada la tarea de atender sus necesidades.
La tiña había acabado con todo el pelo de su cuerpo, la lepra se cebaba con su piel y el raquitismo era algo más que evidente, a todo se sumaba la poca o casi nula capacidad locomotora que le obligaba a desplazarse en una silla de ruedas antigua y chirriante.
Llegué a la puerta del salón, estaba entreabierta y la luz de la chimenea se apreciaba débilmente.
Abrí despacio y lo encontré justo enfrente de las brasas, agitando los largos y delgados brazos moviendo los afilados dedos de uñas largas y amarillas.
-¿Cómo ha llegado hasta aquí?- le pregunté mientras me adentraba en la habitación.
-Oh doctor, es un placer contar con usted...- Su voz también era fiel testigo de su estado de salud, era áspera y débil, casi gutural.
-Eso no contesta a mi pregunta señor, ¿Quién y con que propósito le ha bajado hasta aquí? Necesita descanso.-
-Me temo que no está en mi mano decidir cuando desplazarme...- Me dí cuenta que no me miraba, sus ojos negros y pequeños observaban con interés el techo, como quien busca alguna figura en la textura de la pared.
-¿Entonces?- Me senté en un viejo sillón que necesitaba urgentemente un tapizado.
Su comportaminto era extraño, parecía querer agarrar algo por encima de él y levantaba los brazos con gran esfuerzo y respiración pesada. Las gotas de sudor se resbalaban por su nuca llena de cicatrices y pústulas.
-Usted es un hombre de ciencia ¿verdad? El ser humano se ha convertido en un siervo del razocinio y ha olvidado lo que verdaderamente importa...- sonrió macabramente mientras seguía intentando atrapar algo invisible.
-¿Qué es lo que verdaderamente importa señor?
- Ahh mi querido doctor, ¿Sabía usted que la gente cercana a la muerte es capaz de contemplar cosas que la gente normal no puede?
Comenzaba a asustarme, intenté pensar que serían delirios de la fiebre así que continué hablando.
-¿Insinua que usted ve algo que yo no puedo?
Tardó en contestar, seguía mirando al techo, mientras respiraba ahogadamente.
-Ellos...están...por todas partes... me hablan... me cuentan... me llevan...- La saliva comenzaba a caérsele de la boca, goteándole por el mentón desde sus sucios dientes.
-¿Quíenes son ellos?
-¿ Cree usted en fantasmas doctor?
-Me temo que no señor.- Estaba aterrado, me sudaban las manos y evitaba tartamudear.- Y usted debería dejar de inventarse cosas y c-contarme q-quien le trajo, a-aquí...-
-Debería creer, mi querido doctor, ahora mismo hay fantasmas cruzando esta habitación.- Así que era eso lo que intentaba atrapar con tanta avidez...- Incluso hay uno a su lado, observándole, es un niño ¿sabe?
Dí un respingo y giré la cabeza esperando encontarme un niño fantasmal flotando tras de mí, pero no había nada. Enfadado y harto de la situación me levanté y le agarré por los hombros
-¿Qué demonios le ha traído aquí? ¡CONTESTE!- Por primera vez me miró a los ojos, su mirada estaba inyectada en sangre y parecía excitada
-No debió hacer eso doctor...-
Le solté y retrocedí unos pasos.
-...Ahora saben que está aquí...-
Me giré y para mi desgracia, un niño blanco como la cera me miraba con unos ojos negros y oscuros mientras con su pequeña mano me saludaba sonriendo

4 comentarios:

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  2. LoL
    that's what you get when you let your heart win~~

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  3. Allá fuera, bajo la Luna Gris. Alguien que te quiere, está pensando en ti.

    3:03 de la mañana, harta de dar vueltas en la cama, me he puesto a leer casi todas tus entradas.

    Verte a ti, tan lleno de futuro me inspira y me da esperanzas. No dejes nunca de escribir, tienes un talento grandioso que tienes que pulir. Me alegro de que no hayas sacado nota. Realmente has nacido para ser escritor. Es cosa del destino que sigas por este camino.

    Te invito mañana a comer, si adivinas quien soy.

    Besis.

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  4. Paradogicamente la cuenta google a firmado por mi, así que te voy a poner el comentario directamente en el facebook, y ya puedes venir mañana a comer, y desde bien temprano, jaja. Luego te cuento. Besis.

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