sábado, 3 de julio de 2010

Caos y desorden...

El viento le acarició la mejilla . El ambiente estaba cargado y el olor a mojado era cada vez más evidente. El cielo nocturno, totalmente encapotado, se alzaba sobre su cabeza en un morado intenso que se perdía en el horizonte.
Alzó la vista y contempló las demás azoteas: tejados rojos, chimeneas negras, antenas puntiagudas... Siempre el mismo paisaje, demasiado inerte, demasiado muerto...
La única novedad eran aquellas nubes henchidas de electricidad, que otorgaban un toque más romántico al panorama y eran la razón principal por la cual había subido hasta ahí arriba.
Su vida se había vuelto muy monótona y aburrida y esque la rutina siempre se le hizo muy pegajosa, muy dificil de tragar...
A todo ello se le sumaba el hecho de que su personalidad resulaba demasiado cambiante y esquiva, muy dificil de identificar y definir, algo absurdo bajo su punto de vista, pero resultaba obvio que su mente debía ser bastante compleja ya que ni siquiera las personas que mejor le conocían sabían expresar con certeza sus gustos y preferencias.
Estos temas le sobrepasan, le desbordan, le sacan de sí y él ya esta cansado de buscar la siguiente pieza que encaja en el rompecabezas de su existencia...
Agacha la cabeza y se observa en un charco de agua que se formó con la lluvia de días pasados, y ve su cara, sus facciones, sus rasgos, y se centra en la mirada penetrante que le ofrecen esos ojos marrones que guardan caos y desorden, pero él no parece contento, entonces distorsiona su reflejo con la mano.
Alguien dijo una vez que los ojos son el espejo del alma asi que os invito a decirme lo que veis cuando me mirais a la cara.



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