martes, 1 de mayo de 2012

En verano parece como si no pasara el tiempo....

El verano madrileño se caracteriza por ser caluroso hasta decir basta. El sol achicharra en horas puntas y la luna solo enfría en las noches de viento. A las tres y media de la tarde, después de comer y en pleno mes de agosto, una azotea poblada por plantas de grandes macetas era testigo de las conversaciones filosóficas entre un Él balanceándose en un columpio y una Ella tumbada al sol.

-Dime un chico que te parezca guapo.- murmuró Ella mientras tumbada boca abajo alternaba el movimiento de piernas.
-Yo.- murmuró Él sin levantar la vista del periódico del día que hojeaba.
-Joder nosotros no valemos, sino nadie tendría una oportunidad.-
-Entonces...- frunció el ceño mientras  mordía su labio inferior.- No sabría que decirte, todos tienen sus imperfecciones...
-No podría estar más de acuerdo...- reía Ella mientras se daba la vuelta.

La tarde continuaba pasando. Las manecillas del reloj de la pared iban realizando su perfecto recorrido y la pareja no variaba su posición. Con la mirada perdida  seguía balanceándose lentamente, marcando los segundos que pasaban con un leve chirrido de metales faltos de aceite.

-Que bonito es Madrid...-
-Que dices, en cuanto pueda me iré a vivir al campo o a la costa.- dijo Ella mientras cambiaba de postura
-Y será verdad, ¿y qué pasará con nosotros?.- se quejó el chico
-Nada, porque te vendrás conmigo. ¿Te imaginas la de risas que nos echaríamos viviendo juntos?.-
-Acabaríamos a ostias.-
-No creo. Nosotros no. Anda deja ya el ruidito y échame crema en la espalda, que me estas poniendo negra.
Él se levantó y se quedó en cuclillas junto a Ella.
-¿Negra? Se te pondría el culo zumbón.-
-Puto pato.- rió

Una nube, grande, blanca y esponjosa tapaba el sol hasta nuevo aviso.
-Joder me estoy quedando helada.- Ella se levantó y se cubrió con un pequeño chal  a la vez que se sentaba en el columpio.- Es irse el sol y te quedas fría, ¿No hay nada de beber?
-Que va, no hemos subido nada.-
-Tendré que bajar, ahora vuelvo.- se levantó y caminó descalza hasta la puerta que daba a las escaleras.
Él se recostó en el columpio y comenzó a leer el periódico del día, Ella no tardó en subir para tumbarse boca abajo en la toalla mientras alternaba el movimiento de piernas.
-Dime un chico que te parezca guapo.-
-Yo.- contestó Él sin levantar la vista del periódico que hojeaba.

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