martes, 24 de septiembre de 2013

Caos mental

Hoy parece ser que es una de esas noches en las que te quedas a oscuras en la habitación, tumbado sobre tu cama, mirando al techo dibujando figuras con el gotelé. Entre vueltas, cambios de posición y sábanas que se te enredan no parece nada más importante que los banales pensamientos que se pasean por tu mente. Que si te pica una pierna, que si te rascas la cabeza o que si el gato se ha subido a la estantería. Ya no parece que nada tenga la importancia que le otorgabas a ciertas cosas meses atrás.  Ha bajado mucho el nivel de intensidad con el que captas la vida, y eso te molesta porque no hay nada que más te guste que los extremos. Te pueden desgarrar por dentro o te pueden hacer conocer el cielo, pero ahí estás tú, satisfecho de al menos sentir. Porque en el fondo lo que más miedo te da en el mundo es eso, ser una cáscara de ser humano que se dedica a vagabundear por el mundo buscando emociones.
Lo que parece mejor en estos casos es abrir el grifo del tiempo y que éste fluya, que vayan pasando los días y los meses y que la vida te vaya regalando momentos, pero ¿hay algo más fácil de decir y más difícil de hacer que eso de "dejar que pase el tiempo"? A todos se nos ha ocurrido, o nos han dicho, eso de "sólo necesitas tiempo" y personalmente me parecía más efectivo el "sana, sana, culito de rana"
Además a todo esto hay que añadirle el factor dejar de pensar, más complicado si cabe. No sirve de nada ilusionarte con un futuro idílico si tu presente está haciendo aguas, como tampoco es útil el vivir el día a día sin un esquema trazado con anterioridad. En definitiva, que hoy es una de esas noches en que el sueño no te llega y a tu cerebro le ha dado por filosofear de la manera más absurda: esa que te propones cumplir el domingo para acabar pecando el lunes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario