lunes, 24 de mayo de 2010

The Dark side of the world

Abrí la puerta y te ví sentado en el suelo, intentado reconstruir algo con celofán.
Cada vez que unías tres o cuatro trozos, se desmoronaba entre tus dedos, pero tu persistente no parabas de intentarlo.
Es algo que siempre aprecié, tu manera de hacer las cosas, tu espíritu incansable, tu afán de superación.
Quizá para demostrarte que yo tambien valgo para algo, decidí acercarme.
-¿Qué haces?- murmuré observandote. Tú solo te limitaste a señalar los trocitos rojos que no podías arreglar. Ya casi los tenías todos, faltaba la parte superior izquierda, que estaba a unos centímetros de tu rodilla.
Lo agarraste y con suma delicadeza lo depositaste en su sitio como quien deja a un bebé en su cuna para no lastimarlo. Al momento, estalló en mil pedazos.
Frustrado lo tiraste todo al suelo y te cruzaste de brazos respirando muy fuerte.

-Venga no desesperes, déjame ayudarte.- Juntos comenzamos poco a poco , con mucha paciencia a unir todas las piezas de nuevo.-¿Ves? Ya casi está-

La esquina superior izquierda volvía a ser la última pieza del rompecabezas, pero esta vez se adherió estupendamente y con un sonoro ''boom boom'' comenzó a latir de nuevo.
Sonriendo, lo colocaste en el espacio vació de tu pecho y poco a poco volviste a recuperar la luz en la mirada.

-Debo tener más cuidado la próxima vez, supongo.-
-De próximas veces está llena la vida, lo que deberías hacer es ocultarlo un poco mejor.-
-¿Tú crees?-
-Claro, quizás bajo de un gran océano, entre dos grandes montañas, al terminar abril y comenzar octubre, dentro de la copa del árbol más alto de los bosques del mundo, custodiado por las más feroces bestias del Averno, debajo de tres peniques y un botón, envuelto en una pañoleta roja y azul, escondido en un yin-yan negro y blanco.
Dicho esto me levanté para salir por la puerta por donde había venido y justo al por el marco me di cuenta de que me olvidaba de algo:
-¡Ah! y bienvenido de nuevo, hermano.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario