Despertarse, desayunar, universidad, comer, siesta, gimnasio, estudiar, dormir, y así día, tras día, tras día, tras día. Se ha marchitado lo poco que me hacía feliz, así que inyección letal y a seguir con la vida.
Ya no sé en que creer, si esto es obra de un Dios, de un Karma o de un Destino, pero el caso es que no mejoro, no salgo a flote.
En el fondo donde más me duele es en el orgullo, porque sé que esto que siento ahora yo mismo lo he provocado en numerosas ocasiones, y como mínimo, me lo merezco.
Un "te jodes" por cada sonrisa que me arrancaste, un "te lo advertí" por cada vuelco del corazón y un "demasiado tarde" por la sensación de vacío que me dejas.
Quitarme los sentimientos, de verdad, que no los necesito.
-Pues ya se ha acabado el día de hoy...-
- Y ¿qué más da? Mañana empieza otro igual...-
Ay Jose Ángel, no desperdicies los días diciendo que todos son iguales que algún día te arrepentirás. Siempre hay algún sitio por el que se puede salir, si no lo ves tú tendré que darle un toque al Destino para que te ayude, pero anímate.
ResponderEliminar