lunes, 20 de septiembre de 2010

Linda y hechicera

El bosque nos rodea, nos observa, atento a nuestra acciones, a nuestras miradas...
Malditos mil veces sean tus ojos, malditos tus rizos y maldito el aroma que desprendes.
-Te odio.-
-Lo sé- noté como tus labios rozaban mi mejilla.
-¿Qué fue eso?-
-Nada que no merezcas...-
-Sabes que no lo merezco...-
-Lo sé-
Una elegante bofetada me cruzó la cara provocando que me mordiera el labio, hundiendo mi colmillo derecho en mi labio inferior.
Roja y cálida, la sangre fue deslizándose por mi comisura.
-Para que nunca olvides con quien estas jugando...-
Me reí, a veces tienes buenos golpes. El sonido de mi risa rebotó en las copas de los árboles y chocó de nuevo contra tí, no pareció complacerte, porque levantaste otra vez la mano, pero esta vez, la mía fué más rápida y pude agarrarte por la muñeca, apretando con fuerza.
-¿Sabes con quién juegas tú...?-
Me encanta ver la mueca que atraviesa tu cara, es una mezcla deliciosa entre frustración y sorpresa que aumenta mi interés sobre tí.
Alzas la otra mano , pero ¡sorpresa! aquí estoy de nuevo, y tu forcejeas para intentar liberarte en vano.
-Ten cuidado, que ese beso está embrujado...- dices arrastrando las palabras.
-¿Seré una víctima más de tu hechizo?-
Únicamente optengo como respuesta tu sonrisa pícara, que observa con siniestro placer la gota de sangre que recorre mi mentón.
-Bruja...- te murmuro al oído para después bajar hasta tu boca y recuperar lo que me debes.

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